La infocracia

 Esta semana ha sido realmente estresante para mí, entre todos los trabajos y responsabilidades que tengo que atender, se cruzan los pensamientos que rondan por mi cabeza y las relaciones interpersonales que llevo, mi pareja, mis amigos, mi familia, etc. Pienso en cómo estos aspectos de mi vida son el reflejo de quien soy y que a esto se le suma la forma en cómo llevo mis hábitos que en la mayor parte del tiempo son rutinas destructivas que no me aportan mucho, uno de estos hábitos, o más bien adicción, es el uso desmesurado que le doy a mi tiempo en el celular. La mayor parte del tiempo entro inconscientemente a Instagram en donde fácilmente puedo pasar 4 horas o más y es que la cantidad de información se desborda entre los múltiples tópicos que puedo encontrar en tan solo unos minutos de navegar por la red social. 


Byung-Chul Han introduce el término de la infocracia del que se habló en la exposición de la clase de hoy, y es que es normal escuchar que la información es el cuarto poder o una revolución digital, pero no me había puesto a pensar en cómo la información no es solamente eso y que aunque en redes sociales todo parezca muy libre y democratizado, es todo lo contrario. Las marcas han visto en el internet la oportunidad para pasar desapercibidas y entrar en los diferentes colectivos. No lo había pensado así, pero el tema me hizo reflexionar sobre cosas que percibo en el día a día y que, ahora que las observo de cerca, parecen más evidentes. Me puse a analizar cómo la infocracia no solo describe un sistema en el que la información gobierna, sino un sistema que usa la información como herramienta de control y manipulación.


Han define la infocracia como una estructura de poder en la que la información fluye y se distribuye tan rápidamente que no permite un espacio para la reflexión ni para el diálogo profundo. Es decir, vivimos en un mundo donde la información es como una cascada constante de datos, noticias y opiniones que nos inundan. Han dice que esta saturación, lejos de liberarnos, nos aprisiona en un ciclo de consumo de información superficial. Y, siendo honesto, como lo mencionaba anteriormente, creo que a veces me he sentido atrapado en esa rueda.

Esta idea me golpeó especialmente porque paso gran parte del día en redes sociales. Una vez, cuando tuve que dejar el celular por un día debido a un "reto" que me propuse, noté algo interesante. Al inicio, estaba ansioso, sentía que me perdía de algo importante. Pero, después de unas horas, empecé a sentir una calma extraña, como si mi mente pudiera moverse más despacio y concentrarse en lo que realmente tenía enfrente. Creo que la infocracia, como la describe Han, juega con esta ansiedad. Estamos en un ciclo en el que necesitamos estar informados constantemente, y si no lo estamos, sentimos que perdemos conexión con el mundo. En pocas palabras, estar "fuera de la moda" es casi un crimen social.

En la clase, se mencionó cómo en la infocracia todo se trata de transparencia, pero no en el sentido en el que uno podría pensar la palabra. No es que tengamos acceso a la verdad, sino a una saturación de datos. Me hace pensar en cómo cada noticia o fragmento de información que veo en las redes sociales, aunque parezca revelador, realmente no me aporta nada significativo. Cada tema, desde una crisis global hasta el último escándalo de algún influencer, parece reducirse a titulares y fragmentos que llaman la atención, pero que no puedo analizar a profundidad porque, al instante, ya estoy en otra cosa totalmente distinta. Es como si todos nosotros nos moviéramos en la superficialidad de todo lo que acontece, y aunque podemos llegar a conocerlo todo, no sabemos nada.

Por ejemplo algo que me parece curioso es cómo las publicaciones políticas se manejan en redes sociales, el poder está en aquellos que controlan la información, en los algoritmos que deciden qué vemos y qué no. Y sí, ahora que lo pienso, muchas de las opiniones que tengo sobre ciertos temas o figuras políticas se moldean más por lo que me aparece en los comentarios de una publicación que por un análisis profundo hecho con calma. Una vez leí unos comentarios sobre una figura política en Instagram que parecía revelador; sin embargo, nunca me tomé el tiempo de verificar si esa información era cierta. Me doy cuenta de que la rapidez de la información que llega a mí hace que muchas veces ni siquiera cuestione su veracidad.

Muchas veces prefiero incluso no consumir noticias, porque es muy notorio el amarillismo con el que se trata la información. En las redes sociales estas cuentas intentan tener el mayor alcance posible y la mayor cantidad de interacciones para hacer promociones que les retribuyan económicamente. Respecto a lo que dice Byung - Chul Han mientras más información tengamos, más difícil será actuar. Recuerdo una ocasión en que, queriendo entender la situación política de Colombia respecto al conflicto armado, investigué tanto sobre ella, leí y vi tanto contenido relacionado, que terminé abrumado.

En otra clase se hablaba de la "posverdad". En este contexto de infocracia, la verdad ya no es lo relevante; lo importante es lo que se vuelve viral o lo que puede captar más atención. Pienso en todas las veces que comparto algo en redes sociales sin realmente analizarlo. Y esto se nota mucho por ejemplo en la red social X en donde ha pasado que políticos comparten noticias falsas solo porque quieren desafiar las ideas de los demás.

Danah Boyd usa la frase “Los jóvenes no son adictos a las redes sociales, son adictos a la validación” ”Pienso en cómo comparto momentos importantes en redes, en cómo busco aprobación a través de "me gusta" y comentarios, y en cómo este sistema me hace vulnerable a lo que los demás piensen de mí. En este sentido la Infocracia no solo es un término para describir la forma en que la información se comporta, sino que también es una forma de ver cómo las técnicas de manipulación están en todas partes sin que nos demos cuenta. Esto se hace notorio en la cantidad de sesgos que vimos. Siento que después de hacer las bitácoras o salir de clase, quedo con el deseo de borrar las redes sociales, desconectarme y quedar “libre”, pero hoy en día es casi imposible, es muy difícil vivir sin saber qué está sucediendo todo el tiempo. La reflexión con todo esto es a no ser radical y ya no hacer uso de la tecnología sino a tener pensamiento crítico y aprender a filtrar la información, encontrar espacios en los que pueda desconectarme y estar más presente en “la vida real”.


Bibliografía

Andrés, R. R. (2023, octubre 3). ¿De qué hablamos cuando hablamos de posverdad? The Conversation. http://theconversation.com/de-que-hablamos-cuando-hablamos-de-posverdad-213481

Han, B.-C. (2022). Infocracia: La digitalización y la crisis de la democracia / Infocracy: Digitali zation and the Crisis of Democracy. Penguin Random House Grupo Editorial.

Porto, J. P., & Gardey, A. (2015, octubre 6). Amarillismo. Definición.de; Definicion.de. https://definicion.de/amarillismo/


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